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Dentro de pocos meses va a hacer 20 años que empecé a trabajar (¡madre mía!). Y hoy te quiero contar cómo llegué a especializarme en mandos intermedios y liderazgo. Dicen que el tiempo te hace ver las cosas con relatividad, pero lo cierto es que recuerdo esos primeros trabajos que realizaba a la vez que estudiaba, con bastante cariño. 

Recuerdo mi primer jefe: se llamaba Miguel Ángel y si hoy me pusiera a comparar las características que conozco de lo que es un Líder Guerrero, él cumpliría bastantes. 

(Además tengo la suerte que no ha sido el único que me he encontrado en mi carrera profesional. A Miguel Ángel le siguieron otros como Miguel, Álvaro, Mª Carmen, Rosa, Mª Ángeles, Tino…)

De las prácticas como estudiante hasta emprender

Yo trabajaba de agente de viajes en prácticas, en Viajes el Corte Inglés, de cara al público. Con muchas ganas y cero experiencia. Con mucha decisión pero con poca seguridad. Durante nuestra época de prácticas mis compañeros de promoción y yo íbamos rotando cada cierto tiempo de agencia, para ver los distintos tipos que había (unas más enfocadas a empresa y otras más a vacacional) mientras adquiríamos los conocimientos y experiencia necesarios para, una vez diplomados, poder desempeñar nuestro trabajo a tiempo completo. 

Del sector turístico, en la empresa privada pasé, tras aprobar una oposición, a ser Funcionaria de Carrera de la Administración del Estado, donde pedí una excedencia hace casi 2 años, para dedicarme a tiempo completo a ser Acompañante de Retos, así es cómo llegué a especializarme en mandos intermedios y liderazgo.

20 años – 20 equipos

Pues bien, desde entonces y a lo largo de estos casi 20 años, he tenido la suerte de trabajar en más de 20 equipos laborales, con diferente responsabilidad en cada uno de ellos, y con más o menos personas a cargo. 

Así que esos equipos en los que viví fueron muy variados, cada uno conformaba un sistema diferente, evidentemente porque las personas éramos diferentes, pero en todos había dos elementos comunes: un líder y un equipo, aunque por aquél entonces yo aún no le prestaba mucha atención a eso. 

LEGO® Serious Play® y Coaching de Equipos: lo que me hizo encajar las piezas

En realidad fue cuando me formé como facilitadora de la Metodología LEGO® Serious Play® y como coach de equipos cuando me di cuenta de lo que me gustaban el sistema que forman los equipos, y tomar consciencia de cómo transformando uno de los puntos se puede influir en todo el conjunto. 

Porque seamos sinceros, desde Miguel Ángel tuve la suerte de tener muchos y muy buenos jefes, sin embargo también tuve otros que hasta me hicieron tomar la decisión de dejar un puesto con el que el 70% de los españoles sueña. 

La semilla

Y no sé si a ti te pasa, pero al menos yo las decisiones importantes las tomo en momentos de adversidad, y fue a raíz de mi penúltimo puesto de trabajo por cuenta ajena cuando la semilla de dejar atrás todo aquello y emprender, germinó.

Estuve más de 2 años en un equipo en el que entré con todas mis energías. Sabía que entraba a un lugar conflictivo, con una misión muy concreta encargada por un superior de mi superior pero me fue total y absolutamente imposible cumplirla. 

Desde el principio no supe hacerme ni con mi responsabilidad, ni con el equipo. Mi Jefe directo no me facilitaba cumplir mi función ni yo tenía las habilidades que hoy sé para reclamarlo o al menos no haberme gastado tanto emocionalmente hasta llegar a enfermar mi cuerpo. 

Fue realmente frustrante. La ilusión con la que iba a trabajar, que hacía que la hora de atasco de ida y la hora de atasco de vuelta, no importara, se fue apagando, y ya solamente pensaba en marcharme, aunque fuera cobrando menos. 

Con conocimiento, herramientas y acompañamiento hubiera sido más fácil

Y es que hoy, mirándolo con perspectiva y con conocimiento adquirido sé que hubo muchas cosas en mi mano que pudiera haber hecho, y no supe. Que mi superior directo tenía muchas más oportunidades en su mano y tampoco supo (quiero pensar) hacer.  

Soy una fiel creyente de que si miras hacia atrás en tu vida, todo aquello que no fue bien por algún motivo, tenía un “para qué”. Yo lo pasé realmente mal allí, de hecho me temo que siguen teniendo el mismo problema al que todavía nadie ha podido poner solución. Pero aprender estrategias de liderazgo y desarrollar el Método Guerrero me permite  ahora a mí ayudar a otros equipos y líderes a que no les suceda lo mismo

Los mandos intermedios tienen que sostener decisiones de arriba y lograr que sus colaboradores trabajen de forma más eficiente y efectiva, para que todos en conjunto sean más productivos. No es sencillo, si eres directivo lo sabes, pero contando con  herramientas puedes evitar que tú o alguien de tu equipo tenga que renunciar a trabajar en una empresa que le gusta solamente porque no aguanta más

Ahora te toca a ti: ¿te has visto alguna vez en situaciones parecidas?, ¿cómo saliste del trance?, ¿qué aprendiste?. 

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